miércoles, 5 de junio de 2013

El museo como parque, el caso DHUB


Nos hallamos en un momento de mutación en la cual, los patrones de producción y consumo cultural están cambiando tan rápido que apenas da tiempo a asimilarlos, también los patrones de clasificación y exhibición han cambiado de manera sustancial y continua. Y en definitiva, las colectividades toman el poder del mundo virtual sin preguntarle al museo si está de acuerdo o no.
Imagen nocturna del nuevo DHUB de Barcelona
en la Noche de los Museos

Recientemente Eduardo Perez Soler ha publicado un artículo dónde habla del hipermuseo que constituye la web  con su capacidad infinita de archivo y su facilidad para la visibilidad  del acervo cultural más grande que se ha hecho jamás. Frente a tal realidad, el museo tradicional necesita reinventarse hoy con más urgencia que nunca, necesita redefinirse y ofrecer nuevas opciones para conseguir mantener su influencia social y seguir siendo un lugar de referencia.

Hasta aquí todo bien,  necesitamos un nuevo museo que nos de la posibilidad de investigar, de colaborar, de llevar a cabo proyectos totalmente digitales y colectivos, parece que tiene sentido, potenciar los recursos humanos y de colaboración de los museos, potenciar la creación analógica o digital y dejar atrás esas colecciones llenas de polvo que hoy en día ya nadie va a ver porque desde casa puede encontrar fotos en mejor definición y más información que yendo a visitar todos esos objetos-reliquia.

Imagen interior del nuevo DHUB de Barcelona 

Pues creo que en Barcelona no lo han entendido y una buena muestra de eso son los nuevos proyectos museísticos que se proyectan en la ciudad de cara al 2014. En especial me inquieta el DHUB (Museo del diseño)  que pretende agrupar a las colecciones de Museo de las Artes Decorativas, Museo de la Cerámica, Museo Textil y de indumentaria y el Gabinete de las Artes Gráficas, en total 4 colecciones de lo más variopintas y diversas que hasta hace poco se morían del aburrimiento y del polvo en la parte alta de Barcelona. Para su reagrupación se ha proyectado un edificio faraónico y colosal de 25.000 metros cuadrados útiles que ha costado la friolera cifra de 100 millones de euros, es casi una obscenidad construir algo tan desorbitado cuando otros centros de la ciudad de larga tradición luchan diariamente contra los despidos y la precariedad por seguir abiertos.  
 
Imagen interior del nuevo DHUB de Barcelona
Mucho se van a tener que esforzar en que ese espacio no quede relleno de 4 colecciones inconexas y sin un euro que invertir en la necesaria re-invención que todo museo necesita hoy en día. Algunos defensores pueden decir que la experiencia física que nos da la visita a un museo nada tiene que ver con la experiencia virtual y que el nuevo DHUB se centrará en el objeto y la experiencia que imprime en el visitante. En otro contexto les daría la razón pero, sinceramente, dudo que nadie se fije en los vestidos, en las cerámicas y demás objetos con un edificio tan sumamente protagonista y espectacular. Sin ir más lejos, en la reciente Nit dels museus, el DHUB abrió sus puertas sin ninguna exposición y nadie la echó en falta pues todos parecíamos turistas tomando fotos sin cesar a las magníficas instalaciones.


Auditorio del DHUB de Barcelona
Parece ser que el modelo de cultura de escaparate se cristaliza de una forma imparable en Barcelona, que nada importa la investigación artística y el tejido creativo y que el huevo DHUB va a ser una parada más para las masas de turistas que encuentran en el museo un nuevo tipo de parque de atracciones, más cool, pero igual de frívolo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario